Las abejas no solo trabajan recolectando néctar y polen; también tienen una habilidad impresionante: ¡controlan la temperatura dentro de su colmena! Esto se llama termorregulación, y es esencial para su supervivencia y para el desarrollo de su cría.
En este artículo, aprenderás cómo lo logran, qué herramientas usan y cómo podemos ayudarlas como apicultores.
Dentro de una colmena, la temperatura promedio es de 32 grados Celsius, perfecta para que las larvas crezcan y las abejas adultas trabajen cómodas. Pero las abejas no pueden regular su temperatura como nosotros. Por eso, ¡trabajan en equipo!
Cuando hace calor, buscan formas de enfriar su hogar. Cuando hace frío, se juntan para calentarlo. Veamos cómo lo hacen.
Cuando las temperaturas suben, las abejas tienen tres trucos bajo la manga:
Recolectan agua: Traen pequeñas gotas de agua a la colmena y las colocan en lugares estratégicos. Luego, mueven sus alas rápidamente para evaporar el agua y enfriar el aire, como si usaran un ventilador.
Salen de la colmena: En días muy calurosos, muchas abejas se quedan fuera para reducir el calor generado dentro.
Ventilación: Las abejas forman una línea cerca de la entrada y baten sus alas para crear una corriente de aire.
Estos métodos son eficientes y no consumen mucha energía.
Cuando bajan las temperaturas, las abejas trabajan duro para mantener su hogar cálido:
Se agrupan: Las abejas se juntan, moviendo sus cuerpos para generar calor. Esto es como si encendieran una estufa natural.
Consumen miel: Usan la energía de la miel almacenada para producir el calor que necesitan.
Reducen la entrada de aire frío: Usan material como cera o propóleos para tapar agujeros y hacer su colmena más aislada.
El tipo de material que usamos para construir colmenas afecta la capacidad de las abejas para regular la temperatura. Por ejemplo:
Mientras mejor sea el aislamiento del material, menos esfuerzo necesitarán las abejas para calentar o enfriar la colmena.
Usar reductores de piquera: Estos dispositivos limitan la entrada y salida de aire, ayudando a mantener la temperatura interna estable. Son especialmente útiles en climas fríos.
Elegir bien el lugar del apiario: Colocar las colmenas en zonas con sombra en climas cálidos o con buena exposición al sol en climas fríos puede marcar la diferencia.
Controlar el espacio dentro de la colmena: No hay que darles demasiado espacio vacío porque las abejas tendrán que calentar áreas que no necesitan usar.
Asegurar reservas de miel: En climas fríos, las abejas necesitan miel suficiente para producir calor durante el invierno.
La capacidad de controlar la temperatura es clave para la salud y productividad de las abejas. Si una colmena no está bien regulada, las abejas adultas gastan demasiada energía en calentar o enfriar su hogar, lo que afecta la producción de miel y su supervivencia.
Reflexión final
Como apicultores, entender y apoyar la termorregulación de las abejas no solo mejora su calidad de vida, sino también el éxito de nuestro apiario. Desde elegir buenos materiales hasta instalar las colmenas en el lugar correcto, cada decisión cuenta.
¿Qué haces tú para ayudar a tus abejas con la temperatura? ¡Déjame tus comentarios!